La literatura venezolana cuenta con dos obras que conviene evocar en estos momentos de intolerancia, dolor y cárcel. Se trata de Memorias de un venezolano de la decadencia de José Rafael Pocaterra y Se llamaba SN de José Vicente Abreu. La “liberación” de los presos políticos nos pone ante las escenas de crueldad que narran dichos autores en estas obras fundamentales.
Para Jesús Sanoja Hernández las Memorias de Pocaterra significaron un documento sin parangón en el continente. No hubo en la primera parte del siglo XX en la América Latina otras Memorias como esa, comenta este especialista de la historia de la literatura carcelaria desde La Rotunda hasta la Seguridad Nacional.
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