La situación es tan grave y la crisis se acelera tanto cada día que ya no se puede hablar con eufemismos y en susurros para que el enfermo no se alarme. Es necesario que civiles y militares hablemos y discutamos abiertamente sobre la necesaria y rápida intervención quirúrgica si no queremos que el enfermo se muera; es decir, que nos quedemos sin país. Proponer abiertamente las vías de solución no es delito, pero sí lo es ocultar con cinismo, disimular con el silencio y agravar con la inacción. La gran unidad nacional está constituida y crece con todos los que defienden que Maduro está deslegitimado por su desempeño (violación sistemática del artículo 2 de la Constitución) y por la fraudulenta votación del 20-M, que la dramática realidad humana económico-social no debe prolongarse y que es imprescindible el pronto restablecimiento de la Constitución democrática y elecciones libres. Esta es la unidad que el país reclama para salvar la vida del enfermo. Ante la dura realidad que nos oprime, hay que buscar la cirugía mayor para evitar la muerte y definir la ruta de salida y reconstrucción.